Bitácora Estelar

Después de intentar explicar un poco la teoría y los conceptos más importantes sobre los oculares, viene la hora de pasar a la parte práctica. ¿Qué ocular usar en cada caso? ¿qué ocular poner a los invitados y curiosos? ¿cómo protegerlos? A continuación, trataremos todas estas preguntas y otras muchas.

Lo primero que debemos que tener en cuenta es que hay un amplio abanico de variables que nos condicionarán la observación y, por lo tanto, la elección del ocular. La calidad del cielo, la humedad, la contaminación lumínica, etc nos condicionaran y limitarán nuestras opciones.

Nuestra atmósfera es la que determinará el límite máximo de aumentos que podremos usar. Algunas noches no podremos pasar de 150x sin que la imagen se convierta en un churro borroso y sin detalles. Alguna otra noche excepcional podremos superar el límite teórico de aumentos de nuestro telescopio pero éstas serán las menos, por lo que dejaremos de lado esta opción. Las malas noches no son adecuadas para observación planetaria pero podremos sacar algo decente observando grandes cúmulos estelares y nebulosas. En astronomía, aunque a primera vista parezca cierto, no se ve mejor cuantos más aumentos tengamos.

Ahora veremos cómo observar. Esto puede parecer una estupidez, pero os aseguro que no lo es. En la observación, la comodidad es imprescindible. Si no estamos bien relajados y cómodos nuestros ojos no podrán captar todos los detalles de los objetos. Así pues, un taburete regulable en altura, mucha ropa de abrigo y algo para cubrirnos la cabeza cuando miramos a través del telescopio es algo que no debemos olvidar. Hay quien incluso utiliza un parche para cubrirse el ojo que no está observando, ya que sólo la tensión facial de guiñar el ojo hace que perdamos agudeza visual en el otro. Además, una manta, camiseta o un trozo de tela oscuro evitará reflejos, deslumbramientos y nos permitirá observar con los dos ojos abiertos sin despistarnos.

Además, siempre tenemos que tener en cuenta quién va a observar. No es lo mismo que observé alguien que sabe que alguien que no. Por lo tanto, no podremos usar los mismos oculares, o prenteder que vean lo mismo los amigos, familiares y curiosos que nosotros. Para una observación pública no es aconsejable utilizar oculares de alta gama, obviamente. Las pestañas, el sudor, los dedazos y, sobre todo, el rimel de las mujeres, acabarán por dejar nuestros oculares como los chorros. Además, alguien que mira a través de un telescopio por primera vez no va a notar diferencia entre un buen ocular y uno malo. También hay que tener en cuenta que tienen que ser oculares por los que sea fácil observar, es decir, cuanto más campo y más relieve ocular, mejor, y si tienen concha ocular para apoyar el ojo, todavía mejor.

Por último, debemos procurar proteger nuestros oculares. Son piezas pequeñas y no solemos tener cuidado con ellos. Tener un maletín para transportarlos todos juntos, guardarlos con un desecante (silica gel) para evitar la humedad, protegerlos de dedadas (propias o ajenas) y conservar sus cajas originales, son consejos muy útiles que ayudarán a preservar nuestros oculares.